Dirección: Luis Lucia.
Intérpretes: Lola Flores, Fernando Fernán Gómez, Miguel Ligero, Julia Lajos.
Con guión de Luis Lucia (“Esa Voz Es Una Mina”) y José Luis Colina (“La Pícara Molinera”).
Sinopsis
Trinidad (Lola Flores) es una gitana acusada de robar jamones junto a su tío Agustín, el Regalito (Miguel Ligero).
El fiscal que les acusa en el juicio es Enrique de Baena (Fernando Fernán Gómez), un estricto persecutor de la legalidad que está maldito por una antepasada de Trini, que fue llevada a juicio por un corregidor, tatarabuelo de Enrique.
Crítica
Casi treinta años después de la “Morena Clara” de Imperio Argentina y Manuel Luna, dirigida por Florián Rey, se estrenó esta versión de la obra teatral de Antonio Quintero y Pascual Guillén, repitiendo el papel de Regalito el actor Miguel Ligero, hermano de Imperio en los años 30 y tío de Lola Flores en los 50.
El film, rodado en Gevacolor por Luis Lucia, se inicia con una introducción “histórica” que sitúa a los gitanos en Egipto, más tarde en Roma (con una breve aparición como gitana de Julia Caba Alba), en la Edad Media o en el Renacimiento (con la gitana leyéndole la fortuna a Cristobal Colón).
Con posterioridad, la trama se ubica de lleno en el conflicto entre la gitana y el fiscal en una batalla con mucha chispa, con sabrosos diálogos, rápidos, llenos de ingenio.
En el juicio del siglo XX alcanza el clímax de creatividad con juegos de palabras, contrastes. Muy buen inicio.
Más tarde, la historia, con destellos cómicos, se vuelve previsible y dócil con una experimentación a lo Pigmalión que conlleva tanto educación como observación en plan “psico-criminología” (el ladrón se hace o lo hace el medio), abordando el prejuicio o la clave de repulsión-atracción en una orientación romántica con mucho cante y baile.
La película pierde gracia e interés con el paso de los minutos, pero su primer tramo resulta muy disfrutable.
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