LA STRADA (1954)
Dirección: Federico Fellini.
Intérpretes: Giulietta Masina, Anthony Quinn, Richard Basehart, Aldo Silvani.
Gelsomina (Giulietta Masina), después de ser vendida por su madre, se convierte en compañera del bruto y fornido Zampanó (Anthony Quinn), un hombre que se gana la vida realizando espectáculos circenses callejeros.
Proveniente de las enseñanzas del neorrealismo, en esta primera etapa de
retrato social, Fellini, siempre trata de huir del dramatismo exacerbado
de sus predecesores, para centrarse en historias simplemente humanas,
dentro de una estética que sí puede emparentar con sus maestros, más
radicales.
En “La Strada”, elige a dos personajes marginales, Zampanó (Anthony
Quinn) y Gelsomina (Giulietta Masina), que el azar unirá sus destinos,
para definitivamente separar sus caminos imposibles.
Zampanó es un mísero “artista” circense que se gana la vida en la
carretera, haciendo su patético número en las calles de la hambrienta
Italia de posguerra, al morir su compañera adopta como ayudante a
Gelsomina, una muchacha que hoy denominaríamos “discapacitado psíquico
límite”, que, como es habitual, rebosa inocencia y bondad. Enfrente un
Zampanó, sin muchas más luces, pero brutal y primitivo.
El film, con este escenario, se convierte verdaderamente en una historia
de amor imposible, más que en la denuncia social, que como fondo, se
desenvuelven los personajes, (en uno de los mejores trabajos en la
carrera de ambos protagonistas).
El amor dulce y abnegado de la enternecedora muchacha, choca una y otra
vez con el amor orgulloso y egoísta de Zampanó, ciego y temeroso de sus
propios sentimientos, aunque acabará finalmente tomando conciencia de su
ya inevitable y amarga soledad.
Una lección espléndida sobre la incomunicación, el egoísmo, y finalmente
el desamparo, frente a la bondad, la inocencia y el infinito corazón que
posee la ¿disminuida? Gelsomina.Angel Lapresta
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