Dirección: Chris Kentis.
Intérpretes: Daniel Travis, Blanchard Ryan, Saul Stein, Estelle Lau.
Con guión de Chris Kentis (“Grind”).
Sinopsis
Daniel (Daniel Travis) y Susan (Blanchard Ryan) es una pareja en crisis que necesita alejarse de la tensión acumulada en la rutina de la vida diaria.
Para ello nada mejor que disfrutar de unas vacaciones en una isla del Caribe en donde puedan practicar el submarinismo.
Crítica
Film independiente de horror natural basado en una historia real que sucedió en la costa australiana.
Su director, guionista y productor, Chris Kentis, sabe crear la sensación de miedo y desasosiego de manera minimalista, amateur, realista y sin estridencias ni empleo de efectos especiales, conformando con cierta habilidad un título de serie B urgente, breve, barato y moderadamente disfrutable, en el cual el medio acuoso inunda al asistente a la sala mientas contempla a la pareja protagonista siendo atemorizada por tiburones en un film que hurga en los miedos más primarios del ser humano cuando éste se encuentra amenazado fuera de su habitual entorno.
“Open Water” está interpretada por actores desconocidos, utiliza tiburones reales y fue rodada con una cámara de video digital por Kentis que concede un aspecto próximo al espectador.
Al margen de sus aspectos técnicos, la película está desarrollada con cierto ímpetu narrativo dentro de su modestia y simpleza, necesitando para lograr una mayor empatía un tratamiento más maduro en los diálogos y en la descripción de la situación de la pareja, a pesar de que la acción se sustente en la situación creada y la manera de enfocarla por Kentis más que en los caracteres que la protagonizan, quienes tampoco van a recitar en esos momentos de angustia profundos monólogos shakesperianos.
En base a requerimientos minimalistas, como así es la película, “Open Water” ofrece momentos intensos, lo que ya es bastante en una época calamitosa para el género de terror, sometido a las megaproducciones repletas de bichos varios y psicópatas cabreados que dan más pena que miedo paseándose por videojuegos con música de nu-metal reventando los altavoces.