Dirección: Kay Cannon.
Intérpretes: Camila Cabello, Nicholas Galitzine, Pierce Brosnan, Minnie Driver.
Con guión de Kay Cannon (“Dando La Nota”).
Sinopsis
Ella, llamada Cenicienta (Camila Cabello), diseña vestidos y vive maltratada junto a su pérfida madrastra viuda Vivian(Idina Menzel) y sus dos hijas, Malvolia (Maddie Baillio) y Narissa (Charlotte Spencerr), a las que su madre está deseando casar.
Mientras tanto, el príncipe Robert (Nicholas Galitzine) rechaza contraer matrimonio por motivos políticos, algo que no gusta a su padre, el rey Rowan (Pierce Brosnan), y sí a su madre, la reina Beatrice (Minnie Driver).
Si Robert no se casa en breve, la heredera del reino será su hermana Gwen (Tallulah Grieve). Para conseguir novia para su hijo, el rey organiza un baile al que acudirán todas las mujeres del lugar, entre ellas Cenicienta, que, más que lograr convertirse en pareja del príncipe, pretende vender sus vestidos.
Crítica
Versión del cuento clásico de Charles Perrault que pretende “modernizar” la historia de amor entre príncipe y plebeya con una mezcla plana entre musical karaoke, comercio textil y óptica presuntamente feminista que termina siendo más sexista que lo que aspira denunciar.
No existe desarrollo de personajes en una trama plúmbea.
El romance está lleno de estereotipos y topicazos de “buena intención” sobre conflicto de roles, inconformismo, búsqueda de sueños…
Le falta humor, el aspecto fantástico es de serie B, y los números musicales, con una Camila Cabello sin chispa, carecen de creatividad.
No obstante, el uso de conocidas canciones puede que avive el ánimo de algunos, desde Des’ree a Janet Jackson pasando por los White Stripes, Queen, Madonna o Gloria Stefan.
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