• Por Antonio Méndez

royal-blood-typhoons-albumsCrítica

Ben Thatcher y Mike Kerr, el dúo británico Royal Blood, mostraron algunas maneras a lo Queens Of The Stone Age en previos discos. En este, Josh Homme, líder del último grupo, se ocupó de producirles este álbum con una orientación más disco sobre bases rock.

El álbum ofrece una colección notable de pelotazos melódicos y enérgicos abierta con “Trouble’s Coming”, con Mike Kerr haciendo sonar su bajo como una guitarra en el pegadizo riff en un desarrollo que amalgama con eficiencia el blues rock, el glam, la new wave y los sonidos disco-funk. Entre Jack White y los Franz Ferdinand.


Este cóctel se repite a lo largo del LP, agitado con efervescencia y talento para la creación de melodías, estribillos, puentes, ritmos.
Se repiten pero la mayoría de las piezas son disfrutables…

royal-blood-typhoons-review-critica“Oblivion” mezcla el ritmo de baile discotequero con el hard rock. No falta el estribillo adhesivo… mandé al olvido al diablo.
“Typhoons”, cruce intenso entre los Duran Duran de 1981 y los AC/DC con Kerr perseguido por parásitos y tifones internos.
“Who Needs Friends”, otro riff pegajoso, blues hard rock, tipo Angus Young, con dejes glam a lo Marc Bolan en un escenario de predicadores, maldad, buitres, tacaños…

Un sintetizador a los Who del “Who’s Next” en la intro de “Million And One”, buen corte con noches sin control, encuentros de cama… Posee estilo de pop elegante de nueva ola, una melodía de fácil escucha y un outro con distorsión vocal.

Estribillo hiperpegadizo el de “Limbo”, rítmico dance rock con centro en un enfermo… me levanto todas las mañanas y me sorprendo de estar vivo. A destacar su clímax.

“Either You Want It” es un relleno sencillo con parecida fórmula a otros cortes del álbum.

De mayor interés es “Boilermaker”, con el dúo inglés en plan White Stripes con influencia Led Zeppelin en una pieza de excelentes arreglos y un tono oscuro, de dolor psicológico… Algo va mal en mí.




“Mad Visions” es otro de esos pelotazos de Royal Blood con esencias dance rock y, aquí, en modo funk bubblegum.

“Hold On” es más de lo mismo. Se reiteran pero transmiten exuberancia, energía, con canciones de altura melódica, muy pegadizas.

Terminan con “All We Have Is Now”, disonancia con el resto del álbum en una balada sensible de piano. Corta, en plan Radiohead. Descanso tras tanta convulsión rítmica.

Puntuación

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