Dirección: Mariano Ozores.
Intérpretes: Fernando Esteso, Rafael Alonso, Jenny Llada, Violeta Cela.
Con guión de Mariano Ozores (“Yo Hice a Roque III”, “El Erótico Enmascarado”).
Sinopsis
Ramiro (Fernando Esteso) es un músico muy decente que trabaja como gaitero en un burdel. Una noche, cuando sale del trabajo, cree haber sido robado en un encontronazo por un hombre que resulta ser el concejal Julián Rebolledo Cascajo (Rafael Alonso). Cuando Ramiro quiere recuperar su cartera, se hace de forma accidental con la cartera del político y pretende devolvérsela. Sin embargo, Julián, acuciado por la revelación de un chanchullo político y una infidelidad, le da largas para su recogida.
Crítica
Fernando Esteso (sin Pajares) se puso a tocar la gaita vestido de escocés en esta comedia de la época del destape y de la transición que aúna aspectos de corrupción y erotismo.
Su enredo humorístico se impulsa por un equívoco y se continúa por un revoltijo de falsas identidades, que lleva a Esteso a convertirse en cura imitando a Alberto Cortez antes de dar la extrema unción, o a vestirse de vendedor ambulante sudamericano en busca de licencia municipal.
El lío político-sexual se embrolla demasiado, con casualidades poco creíbles.
La película, con algunos diálogos simpáticos y con Esteso en peculiares caracterizaciones que facilitan su capacidad para el humor gestual y la ironía esperpéntica, se enmaraña demasiado en un asunto de corrupción política sin gracia, convertido en un mero macguffin, que no aprovecha bien su aspecto satírico; desperdiciando también los primeros pasos de una caricatura de la bonhomía, que sería mejor opción para la trama con un enfoque más de absurdo y menos de chocarrería forzada.
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