Dirección: Howard Hawks.
Intérpretes: John Wayne, Elsa Martinelli, Red Buttons, Hardy Kruger.
Con guión de Harry Kurnitz (“Testigo De Cargo”, “El Nuevo Caso Del Inspector Clouseau”) y Leigh Brackett (“El Sueño Eterno”, “Río Bravo”).
Sinopsis
Sean Mercer (John Wayne) es el jefe de un grupo de cazadores asentados en Tanganica que capturan animales para posteriormente venderlos a los zoológicos.
Sus hombres, Pockets (Red Buttons), Kurt Mueller (Hardy Krueger), Little Wolf (Bruce Cabot) y Chips Chalmoy (Gérard Blain), se verán alterados con la aparición de una bella mujer, la fotógrafa Anna María “Dallas” D’Allessandro (Elsa Martinelli).
Crítica
Divertimento hawksiano (a pesar de su extremada longitud) que, al igual que otras de sus películas, aborda el sentido del deber profesional y el sentimiento de la amistad y la camaradería dentro de un círculo masculino (aunque tangencialmente exista presencia femenina que agite y promueva esa referida relación).
Esta característica se halla principalmente en los westerns y en sus películas de acción y aventura, todo lo contrario que en sus magníficas comedias con base en una delirante confrontación entre sexos opuestos y la presencia de personajes femeninos de mayor fortaleza psicológica que sus “víctimas” masculinas.
Además en “Hatari!” se acerca a una de sus grandes pasiones: la caza (posteriormente se ocuparía de la pesca en “Su Juego Favorito”), presentándonos un film repleto de viñetas que fusionan humor y aventura, casi todas afortunadas, sobre las vivencias de un grupo de cazadores en tierras africanas.
Las peripecias cinegéticas, los amoríos varios o los encuentros y desencuentros emocionales crean un film muy entretenido con personajes bien definidos y narración, en los hermosos escenarios naturales de Tanganica, que muestra la eficacia, vigor, desenvoltura y ritmo del fenomenal director.
Las extraordinarias escenas de cacería están filmadas próximas al tono documental, consiguiendo una intensa sensación de realismo.
El guión, lleno de frescos e inteligentes diálogos, está escrito por Leigh Brackett, habitual colaborador de Howard Hawks, quien también participaba casi siempre en la escritura de los mismos a pesar de no estar acreditado.
La música, con partes muy festivas, es obra de otro imprescindible del cine: Henry Mancini.
Fichas en AlohaCriticón