• Por Antonio Méndez

sed-de-mal-cartel-espanolDirección: Orson Welles.
Intérpretes: Orson Welles, Charlton Heston, Janet Leight, Akim Tamiroff.

Película basada en una novela de Whit Masterson.
Con guión de Orson Welles (“Ciudadano Kane”, “El Proceso”).

Sinopsis

En un pueblo mexicano fronterizo con los Estados Unidos el policía Mike Vargas (Charlton Heston) acaba de contraer matrimonio con la norteamericana Susan (Janet Leigh).
Cuando están a punto de iniciar su luna de miel se produce un grave atentado ocasionado por una explosión.
Este hecho provoca que Vargas se una a la investigación del caso con Hank Quinlan (Orson Welles), un detective con antecedentes de corrupción y sistemas policiales faltos de integridad.

Crítica




Intriga criminal establecida en la frontera entre México y los Estados Unidos que sirvió al gran Orson Welles para ofrecer una aguda penetración psicológica de un policía amargado por la pérdida de su esposa, quien en sus investigaciones en pos de la esclaración delictiva no escatimará ningún método probatorio, sea legal o ilegal.
Interpretado magistralmente por el propio Orson Welles, este personaje choca con la inquebrantable honradez y limpieza de métodos de un policía mexicano caracterizado por Charlton Heston.

sed-de-mal-foto-criticaEsta básica premisa de confrontación entre procedimientos, con miramientos foscos a la justicia y la metodología policial, es el cimiento temático de una de las mejores películas de la historia del cine.
Sólo el célebre primer plano secuencia con el que da inicio la narración, ornamentado por los acordes de la mágica composición del compositor Henry Mancini, vale por toda la filmografía completa de muchos directores.

Guión espléndido de Welles basado en la novela “Badge Of Evil” de Whit Masterson, impresionante plantel de actores con pequeñas intervenciones de Marlene Dietrich o Dennis Weaver, y atmosférica fotografía de Russell Metty para una trama desarrollada por la alucinógena, barroca narración del genio en la que encontramos sus bizarros encuadres que sirven para acentuar las características de personajes y situaciones, su clásico empleo del gran angular, las reminiscencias del expresionismo alemán en su persistente contraste entre luces y sombras que enrarecen un ambiente significado por la putrefacción moral, una extraordinaria utilización de la puesta en escena y unos impactantes y nada gratuitos movimientos de cámara que hacen de esta película una experiencia cuasi mística en la comunión con el entramado técnico de la cinematografía.

Cualquier presunta innovación actual en el planteamiento narrativo y estilístico se convierte de inmediato en una antigualla en comparación con la modernidad que destila esta gema del año 1958.

“Touch Of Evil”, un título imprescindible para cualquier amante del séptimo arte.

Se conoce también como:
“Sombras Del Mal”

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Orson Welles
Charlton Heston
Janet Leigh
Marlene Dietrich
Zsa Zsa Gabor





En 1958, de la mano de Charlton Heston, Welles consigue realizar en Estados Unidos uno de sus mejores trabajos (quizás sólo superado por “El cuarto Mandamiento” y “Ciudadano Kane”).

“Sed de Mal” es, ante todo, el cine barroco por excelencia. La sucesión de planos interminables, contrapicados imposibles, luz expresionista al máximo y travellings que parecen no acabar nunca, demuestran que para Welles “el cómo” contar las historias es igual de importante que la trama en sí. Pero el espectador cinéfilo, que no se cansa de ver una y otra vez esta gran película, y al que le gusta seguir la cámara y ver lo que tarda en cortar el plano o cuánto dura un travelling, puede que le resulte excesivo este alarde de técnica e incluso perjudique en algún momento a la acción en sí. En efecto, cuando el policía mejicano Vargas (Charlton Heston) conduce su automovil acompañado de un funcionario estadounidense, es normal perderse los diálogos si se atiende al complejo y larguísimo plano tomado desde el capó del coche que muestra las estrechas calles de esta agobiante ciudad fronteriza. No puede decirse lo mismo del arranque, donde da lo mismo perderse los créditos para contemplar admirados uno de los mejores (¿El mejor?) plano-secuencia de la historia del cine.

Por otro lado el film es también una crítica-venganza-revancha contra los elementos de poder “yanquis”, claramente representados aquí por un enorme Welles, casi un gigante gracias al efecto de los contrapicados. Este policía corrupto no duda en “colocar” pruebas falsas contra sospechosos que interesa convertirlos en culpables o conspirar con gangsters de la zona para enredar a la mujer de Vargas (Janet Leigh) en un asunto de tráfico de drogas.


Resulta algo más que sospechoso el final cuando Marlene Dietrich intenta redimirlo. Es sabido que la película, como casi todas las de genial director, fue cortada y manipulada por los productores. Por cierto la presencia de la Dietrich, caracterizada como en sus más legendarias películas, se me antoja más un homenaje a la propia actriz y a Von Sternberg que una exigencia del guión.

Por último una curiosidad que atormenta mi retorcida mente ¿Es casual que en un momento de la película Janet Leight acuda a un motel, perdido en el desierto, donde ella sea la única cliente y donde el recepcionista no parezca estar muy cuerdo?. Exacto, igual que a vosotros a mi me suena a “Psicosis” de Alfred Hitchcock, además hay algunos planos casi idénticos.

Podría ser un “guiño” de Welles a su colega aquejado también de problemas de sobrepeso, sino fuera porque… ¡”Sed de Mal” es anterior a “Psicosis”!

Ethan




Ha estallado un artefacto explosivo implantado a un automóvil en plena frontera méxico-estadounidense. El incidente iniciará la tensión entre las autoridades de ambos países, especialmente entre el capitán Hank Quinlan, y el agente de policía mexicano Ramón Vargas, quien junto a su novia, fue testigo del atentado.

Magnifico film-noir escrito, dirigido y protagonizado por el gran Orson Welles, completando la que seria su última obra en el continente americano, para luego trasladarse a Europa debido a su casi nula libertad creativa en el país del tío Sam. Welles seria despedido en la post-producción de la cinta y obligado a ver como el estudio montaba su propia versión. Este no tuvo más remedio que redactar un extenso memorandum, pidiéndole a los ejecutivos un nuevo corte, el cual tristemente le seria concedido después de su muerte, exactamente cuarenta años después del estreno de esta gran película.

Basada en la novela “Badge of Evil” de Whit Masterson, el film explora la línea moral, ética e incluso étnica demarcada entre dos agentes de la ley, interpretados de forma magistral tanto por el propio Welles como por Charlton Heston. El primero, un irascible capitán de policía estadounidense, xenófobo y de difuso sentido de la justicia; el otro, un honesto policía mexicano, aguerrido y suspicaz.




El barroquismo de su director y la fuerza visual de la fotografía expresionista de Russell Metty logran capturar la esencia atmosférica del cine negro, tan apesadumbrada como inquietante, ilustrada a la perfección tanto en el extenso plano secuencia que abre la cinta, como en la memorable escena de hostigamiento a la bella Janet Leigh en un cuarto de hotel.

A todas las virtudes del film se le suma la gran banda sonora de Henry Mancini, el gran reparto de estrellas, entre ellas unos geniales Akim Tamiroff, Joseph Calleia y Dennis Weaver; la “participación especial” de Zsa Zsa Gabor y Marlene Dietrich, además de los cameos tanto de Joseph Cotten como de la inquietante Mercedes McCambridge, quien dos décadas más tarde proveería la voz del demonio en “el exorcista”.

Uno de los trabajos mas sobresalientes de su autor, que seria catalogado (de forma purista) por el director y guionista Paul Shrader como el ultimo gran vestigio del cine negro. Imprescindible.

Pierluigi Puccini

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Puntuación

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