Crítica
Segundo disco de este trío neoyorquino con Karen O al frente, una cantante con apostura-remedo de coctelera:
B-52’s
Siouxsie & The Banshees
Patti Smith
Debbie Harry…
Y música (en principio) que puede recordar a pasajes sónicos de:
Jon Spencer Blues Explosion
The Cramps
The White Stripes…
Una cosa es madurar el sonido (especialmente los textos) y otra es aburrir con composiciones mediocres, ritmos dinámicos pero nada originales y letras baladí-minimalistas y sin sentido que intentan solapar carencias más que exhibir actitudes blandengues-garage-punk de esencia noise-pop y algún trazo blues-hard-rock con herencia de Led Zeppelin.
El sonido de los Yeah Yeah Yeahs, con alguna pieza que prorroga sus pautas desaseado-eléctricas con ínfulas art-punk, grititos presuntamente sexys y demás parafernalia de artificiosa rock star, se muestra en esta entrega mucho más acústico, menos enérgico y más domado, con estructuras muy repetitivas y letras que dicen más bien poco.
O nada directamente.
Lo que está claro es que su promesa de cambiar de sonido se ha cumplido… y su deseo de vender tanto como los White Stripes también.
Es un conglomerado de canciones sin lugar a la sorpresa y sin espíritu rock más allá de sonar en la onda FM más estulta y lucir tipito, tatuajes y peinado en la MTV.
Sin embargo, presenta algún que otro acierto parcial, como:
El single “Golden Lion”, con percusión a lo Queen del “We Will Rock You”
“Phenomena”, la mejor canción del disco en donde se muestran singulares en el tempo rítmico y los vibrantes riffs de abrasivas guitarras resultan muy conseguidos con ecos a lo largo de todo el tema del gran Jimmy Page y sus compinches ledzeppelianos.