• Por Antonio Méndez

van-der-graaf-generator-aerosol-grey-machine-critica-review-1969Crítica

A finales de los años 60 se creó en la ciudad inglesa de Manchester el grupo Van Der Graaf Generator, una banda psicodélica y progresiva que debutó en el año 1969 con este disco titulado “The Aerosol Grey Machine”.

El grupo, liderado por Peter Hammill, cantante, compositor y guitarrista, conoció mejores obras posteriores, pero este primer LP es un trabajo que satisfará a los amantes de la lisergia y el prog-rock de los años 60 y 70.

Fue producido por John Anthony, quien trabajó en esta etapa con Genesis o Affinity, y lo haría poco después, en sonidos glam, con Queen o Roxy Music.




van-der-graaf-generator-aerosol-critica-review-prog-rockEl disco se abre con la plausible “Afterwards”. Peter Hammill con voz andrógina cantando sobre miradas fijas de ojos amarillos, charcos vistosos en donde puedes relajarte y deslizarte, brillos en sueños, flores de papel, visiones que se desvanecen… el típico texto de flower power/psicodelia 60s a través de un sonido envolvente, melódico, con trazos folk y tempo lento, wah wah, órgano, un solo de piano barroco tocando por Hugh Banton
Es como una mezcla entre Fairport Convention, The Strawbs e It’s A Beautiful Day.

La siguiente pieza, “Orthenthian” se divide en dos partes. Se inicia como una balada de folk psicoprogresivo con Hammill siendo llamado por el mar, queriendo andar por las dunas. Utiliza el viaje para escenificar la felicidad en pareja… día soleado, nos vamos viajando por el mar.
La canción dura seis minutos (la primera parte más o menos dos minutos y medio), con guitarra acústica y arreglos de fantasía paranoica con potente percusión del batería Guy Evans y minimalismo en el piano por parte de Banton.
La pieza se aquieta en el tiempo citado y, con pautas de sonido similares, evoluciona con modos más teatrales y progresivos sin perder un enfoque compacto en su estructura.



Con “Running Back”, un tema de casi siete minutos, Hammill retoma la narrativa de viaje, ahora regresando al hogar en otra canción lenta, melódica, con destacada flauta tocada por Jeff Peach, y buen sentido atmosférico dentro del folk progresivo.
Un tema para quienes escuchen a Camel o a Caravan.

Los mancunianos se encuentran dentro de un juego extraño en “Into A Game”, otra canción de siete minutos con variantes de tempo, un revoltoso bajo de Keith Ellis (quien tocó previamente en Juicy Lucy o The Koobas) combinado con sonido de piano clásico y una percusión progresivamente intensa.

“Aerosol Grey Machine” es la corta canción (49 segundos) que da título al álbum, un interludio modo music-hall con el protagonismo de un hombre vestido de gris que va por la calle dando el coñazo con un spray psicotrópico que echa a la cara de la gente para provocarles colocón… tu mente va por todos los lados.




“Black Smoke Yen” es un relleno instrumental de 1 minuto y medio que no es más que la introducción de “Aquarian”, un tema que conjuga el folk, la psicodelia y el prog-rock en ocho minutos. Nos traslada al hippiesmo típico de la época con personas flotando con caras felices, luces, cabalgadas por arcos iris, caminos de libertad… todo muy flower power.

Punto de vista de un nigromante en “Necromancer”, con un hechicero de magia negra contando sus procederes de brujería. Pieza muy atmosférica, con ritmo de marcha, efectos electrónicos, órgano de iglesia, armonías vocales, expresión teatral, ambiente oscuro.

Termina el disco (en algunas ediciones se incluyen bonus tracks y se alteran algunas piezas de orden) con “Octopus”, canción de ocho minutos iniciada a lo Hawkwind con toques Uriah Heep y krautrock, y con Peter envuelto por un pulpo malicioso sufriendo una angustia creciente… te conozco muy bien, no puedo ver con claridad… Una de las mejores piezas dentro de un notable disco prog-rock.

Puntuación

AlohaCriticón:
Usuarios:
[Total:1    Promedio:4/5]

Tú también puedes votar. Desliza el ratón por las estrellas verdes para dejar tu puntuación

Te puede interesar