Dirección: Carlota Pereda.
Intérpretes: Laura Galán, Richard Holmes, Carmen Machi, Irene Ferreiro.
Con guión de Carlota Pereda.
Sinopsis
En un pueblo extremeño vive Sara (Laura Galán), una joven estudiante que colabora en la carnicería familiar y que es objeto de burla por sus compañeras de instituto, quienes le llaman Cerdita por su obesidad.
Una tarde, Sara acude a la piscina de su pueblo, en donde se baña un extraño (Richard Holmes) y en donde aparecen tres de esas compañeras: Claudia (Irene Ferreiro), Roci (Camille Aguilar) y Maca (Claudia Salas), quienes le insultan y le roban la ropa.
De vuelta a casa, Sara se vuelve a topar en un camino con el extraño, en cuya furgoneta lleva heridas a Claudia, Roci y Maca.
¿Qué actitud tomará Sara?
Crítica
Película con un sugerente planteamiento inicial: costumbrismo rural con una situación de acoso a una adolescente y la presencia de un psicópata asesino.
Se presenta a los personajes y el entorno de la protagonista.
Una adolescente gordita hija de un carnicero que sufre momentos de humillación y crueldad bajo el sol extremeño por parte de sus compañeras maltratadoras.
Nos sumergimos en la angustia de una adolescente herida por el abuso, donde el centro de las burlas es su cuerpo.
Esa situación es el germen de una historia de terror y, sobre todo, de un dilema moral.
El personaje central, interpretado por Laura Galán, se entiende a la perfección.
Su compulsión con la comida, el acoso que padece, su drama personal… y además tiene interés.
Las motivaciones que no se entienden son las del “asesino”.
No es creíble su relación con la protagonista.
Hay muchos secundarios pero no todos aportan a la historia.
El más destacado es el de Carmen Machi como madre de Sara, dotándole con un toque cómico dentro de distintos caracteres y motivos.
Una familia típica en su disfuncionalidad, casquería de una carnicería de pueblo, una pareja de guardias civiles, padre e hijo, las fiestas veraniegas, un novillo suelto, su piscina natural, paisajes de dehesas…
Se rueda con un tipo de imagen que recuerda a las películas de los años 80.
En su tramo final se rodea de oscuridad, con ambiente de noche, los interiores de un antiguo matadero.
Lo que comienza como grotesca crónica negra con rasgos de humor y un universo propio interesante, poco a poco se trasforma en un thriller gore convencional, con motivaciones que no se entienden y un tanto caótica en su narrativa, siendo su media hora final una reiterada catarsis de liberación.
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